martes, 9 de marzo de 2010

Trinchera

“Nos faltan mil metros de barro y escarcha. Somos unos veinte los encargados de bombardear la trinchera… ¡como si fuésemos suficientes!… A marcha lenta, zigzagueando, avanzamos agachados, la caminata sobre la nieve nos deja con pocas fuerzas. Algunos se arrastran, los capotes se derrumban desplegados, como si estuvieran exhaustos, como si pudieran ocultar la muerte.
-El suelo se hunde y me traga, me paraliza, me vence, en el fondo, el agujero está lleno de agua, siento palpitar el muslo herido, creo que sangra, aprieto el fusil contra el pecho para apoyar la culata en un resto de madera podrida y pruebo usarlo de palanca. No me sostiene-
Enseguida los estruendos sacuden el campo, después, las voces que se acercan, que se apagan”

Testimonio de un soldado italiano extraído de “Historias de Guerra” Tomo II.

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