miércoles, 30 de septiembre de 2009
Tres disparos
Sin batería
Y un día se apagó. Tenía muchos amigos, y cada uno en particular tenía un espacio guardado celosamente dentro de su memoria. No dentro de su memoria infinita. Pero dentro de su memoria limitada. Claro, volver a tener amigos fue tan simple como recargar la memoria limitada. Y así, ese alguien –que para darle forma humana podemos llamarlo, por ejemplo, Alguien– volvió a tener amigos.
Alguien, cada cierto tiempo, perdía a todos sus amigos. No porque fuera descuidado y los descuidara. No. Simplemente el pobre Alguien se quedaba sin memoria limitada. Pero, vamos, que era simple volver a tener amigos. Sólo bastaba con poner nuevamente en funcionamiento la memoria limitada que cuidaba y recordaba sigilosamente a cada uno sus amigos.
Pero un día, Alguien, que como de costumbre se había vuelto a quedar sin amigos, intentó recuperarlos bajo la ejecución del método tradicional hasta entonces empleado. Y ahí sí que se las vio fieras. La batería que daba de comer a la memoria limitada no chupaba electrones. Y mirá que la había conectado a la pared y bien, ¿eh? No es que Alguien fuese demasiado estúpido como para no saber cómo conectar una batería. No. Estúpido no era. Lo que en realidad sucedió fue que los electrones que daban de comer a la batería se habían cansado de trabajar. Y así, sin memoria limitada, Alguien ya no supo cómo ni dónde ubicar a sus amigos y se quedó solo.
¡Me he quedado sin amigos!, sollozaba Alguien con los ojos brillantes por las lágrimas a punto de emerger y con sus pupilas dilatadas y vacías. Todo por culpa de unos electrones que se habían cansado de trabajar, pensaba Alguien. Como si no ganaran bien, ¡hijos de puta!, gritaba Alguien desesperado. Pero el que Alguien se quedara sin amigos no era culpa de que los electrones se cansaran de trabajar. Era culpa de los Alguien. De todos los Alguien. Y todos esos Alguien que andan dispersos por ahí, día a día restringen sus infinitas memorias y las limitan a la limitada capacidad de la memoria de bolsillo. Y si bien esto es un cuento que intenta asustar (sólo para tranquilizar a los lectores, Alguien recuperó a sus amigos) los pero existen. Y un día, este pero se va a hacer realidad, y los electrones, sin pero, se van a cansar de trabajar.
martes, 29 de septiembre de 2009
Cena
Ella escribe.
La encontré en Internet
pero al dato
me lo pasó un amigo.
Ella es apasionante.
Le duele todo
-creo que demasiado-
pero yo le creo,
sí,
le creo.
Los otros días
en la sala
El debate fue interesante:
Es mentira
Que la gente se calla:
La gente no se calla.
Es un cuento
eso del silencio…
Pensaba que quizás
le hace falta más color:
la intensidad es también un arma.
No todo es el gesto,
la expresión…
El lenguaje
se me escapa.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Salgo sosteniendo una torta entera, de esas que tienen grajeas plateadas y galletas bañadas alrededor. Pienso en mi mamá, su flequillo, y la torta que me hizo para un cumpleaños. Tenía un zoológico arriba. El que yo quería. El zoológico. Ese. Entero. Todo un zoológico, ¿entienden eso?.
II-
"Pero eso fue hace como tres meses", me dice padre.
"Ah, si".
Sonríe y mueve la cabeza de lado a lado.
Me tiene más paciencia que a sus planos.
III-
Cuando su papá la llevó a vacunarse contra la rabia no dijo nada. Después de la inyección, no respondió si sentía dolorido o no el brazo. Sólo ladró.
IV-
Todas las noches que me quedaba en su casa, mi abuelo me contaba un cuento antes de dormir. Con los ojos entrecerrados yo lo escuchaba y al final le decía "gracias". Así, noche-cuento-"gracias" se repitió durante cuatro años. Así, hasta que un día del quinto me dijo:
"¿Gracias? Gracias hacen los monos"
Y me quedé pensando.
(Publicado por Maru)
Mi parque Jurásico
viernes, 25 de septiembre de 2009
Fiesta del taller
Si alguien tiene alguna idea, bienvenida sea.
Además, quien pueda y quiera quedarse a compartir una cerveza después de cada encuentro, yo siempre estoy dispuesto, siempre que no haya alguna esporádica obligación que me lo impida.
Abrazos.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Crees que lo estás haciendo bien, las palabras salen y
se acomodan una tras otra y
todas juntas cantan en inglés,
pero algo se despatarra se te cae el pantalón
se te escapa el chorrito y te pones a correr entre los autos,
correr como descocida,
saltar adentro.
las palabras ya no se acomodan
Ni todas juntas cantan en inglés
las palabras enmudecen se taran se golpean
contra
los bordes de los sonidos
chillan al estallarse
y corres entre los espacios vacios que dejan
clara
domingo, 20 de septiembre de 2009
Bienvenidos y ¿cómo me llamo?
¿Trasladamos acá la discusión acerca del nombre?