viernes, 16 de octubre de 2009

Exactamente así

El pozo estaba en algún lugar entre los yuyos. A eso, todos lo sabían. Lo que nadie sabía era exactamente dónde, como si alguien lo hubiera perdido por allí. Nosotros caminábamos como si nada, como si no hubiera yuyos, como si no hubiera pozo.

Ella me contaba que ya no vivía nadie en esa zona. Las pocas casas de los alrededores estaban desiertas y ruinosas, como si hubiese explotado una bomba atómica y la radiación los hubiese matado a todos. O, mejor, como si el pozo se hubiese tragado el pueblo entero para escupir las casas como semillas de sandía.

Eso es lo que ella me contaba mientras caminábamos. Que de vez en cuando alguien desaparecía en aquel campo, como si hubiese caído al pozo. Exactamente así. Yo asentía en silencio, pensando en otra cosa, en el contacto de su mano, en su sonrisa, en su voz dulce, cargada de entusiasmo, como una víbora de cascabel.

Así, enredados en algo parecido al amor, se nos fue la tarde. Dejó de existir. Como si el tiempo los disolviera, desaparecieron el campo, los yuyos, el pozo, su sonrisa, su voz, su mano, la mía. Nosotros.

4 comentarios:

Hora Ferreyra dijo...

Mientras me pongo al día con las novedades del blog, dejo una versión algo corregida del texto de ayer.

24 de octubre los espero a todos en casa!

Abrazo.

Lukaka dijo...

Insisto, la idea de ver casitas volando como pepas de sandía me alegra. Muy buena!
Abrazos!
Lucas

Lukaka dijo...

Y, me faltó ... el relato está muy bueno también! La parte de 'asentía en silencio' es muy visible. Complimenti!

Pablo Natale dijo...

Creo que entre vos y los "como" hay una relación que puede ayudarte de acá en más.
Me gusta el uso que hacés de ellos, y podría parecer una parte muy lateral del texto, casi pasando desaparcibida (como uno de tus pozos sin lugar). El único al que le daría un giro (cuec) es el de la víbora de cascabel: mujer-víbora me hace pensar en un estereotipo. (Los estereotipos se matan a detalles).